lunes, 13 de abril de 2009

Viernes Santo, Via Crucis


10 de abril del 2009, Acámbaro, Gto.- La liturgia de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo y la Adoración de la Cruz son dos de las mas importantes celebraciones dentro del tiempo litúrgico de Cuaresma, por ello cientos de fieles se reunieron en la Parroquia de San Francisco de Asís por la tarde para participar en dichos oficios religiosos.
Presidida por el Señor Cura Fray Daniel Martínez Vega la celebración de la palabra se realizó con toda solemnidad, la lectura de la Pasión y Muerte de Cristo fue escuchada con gran devoción por los feligreses, retomando en el mensaje del presbítero la importancia de los hechos que llevaron a Jesús al Calvario y la Muerte, destacó el símbolo mas emblemático de la presencia de Jesús en nuestras vidas representado en la imagen del Cristo de San Damián “En ella expresa toda la fe de la Iglesia. Quiere hacer visible lo invisible. Quiere adentrarnos, a través y más allá de la imagen, los colores, la belleza, en el misterio de Dios, La luz que inunda el cuerpo de Cristo, brota del interior de su persona. Su cuerpo irradia claridad y viene a iluminarnos. Acuden a nuestra mente las palabras de Jesús: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida» (Jn 8,12). Estamos ante un Cristo inspirado en el evangelio de San Juan. Es el Cristo Luz, y también el Cristo Glorioso. Sin tensiones ni dolor, está de pie sobre la Cruz. No pende de ella. Su cabeza no está tocada con una corona de espinas; lleva una corona de Gloria”.
Enmarcando el glorioso sacrificio que Jesús hizo por nosotros, la imagen tiene una inscripción en la parte superior que significa «Iesus Nazarenus Rex Iudeorum», «Jesús Nazareno, el Rey de los judíos» y Nazareno; San Juan fue el único evangelista que resalta de manera sublime el texto de con la palabra Nazareno. Un simple detalle, pero un detalle importante Nazareno es el recuerdo de la vida pobre, escondida y laboriosa de Jesús. El que está en la gloria, el que es toda Luz, pasó por la pobreza de Nazaret, por el trabajo humano. Ahí es donde nosotros debemos vernos identificados y comprometidos subrayó el Padre Daniel Martínez, No podemos decir que amamos a Dios y no demostrar la Fe que su amor nos debe de inspirar, eso se nota por ejemplo con las personas que no quieren comulgar con los ministros y con ello muestran su falta de fe, su falta de respeto, porque no hemos podido discernir que el ministro es la representación de Cristo, por ello tenemos que reflexionar sobre nuestras actitudes, ya que por un capricho no recibimos el cuerpo y la sangre de Dios.
Cumpliendo con la solemnidad se procedió a la procesión con la Cruz después de descubrirla para la vista de los fieles, tres veces se detiene esta para proclamar, Mirad el árbol de la Cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo. ¡Venid y adoremos! Acabado esto se invitó a que cada uno de los presentes del clero y del pueblo se acercara a la Cruz para adorarla, dado que la adoración personal de la Cruz es un elemento muy importante de esta celebración, también fue importante el informar a los fieles que la colecta recabada en todo el mundo durante estos oficios, es enviada a Tierra Santa, es el modo en que económicamente los fieles católicos del orbe cooperan para los que continúen los custodios de los lugares santos con su labor de cuidado.
Más tarde se llevo a cabo la Procesión del Silencio con la participación de cientos de católicos que año con año se preparan para acompañar a María la Madre de Dios en su dolor por la Muerte de Jesús, por lo tanto hoy es un día en que no se puede dejar de lado a Santa María, la Mujer fuerte de la fe, que estuvo al pie de la Cruz de su Hijo. “Hemos adorado solemnemente la Cruz, en la cual el Señor Jesús, muriendo nos reconcilió. También María estaba junto a la Cruz del Hijo, uniéndose a su sacrificio, cooperando con amor de Madre a nuestra salvación, la Madre fuerte en el inmenso dolor que sufría con el Hijo Único, nos da a luz a la vida de la gracia y de la reconciliación”. Así fue como el Párroco Daniel Martínez Vega inicio su mensaje a los católicos que abarrotaron la explanada del Atrio Parroquial, donde después del doloroso recorrido que hiciera la Virgen de La Soledad la cual con un vestido negro en señal de luto por la muerte de su hijo, se reúne con sus hijos espirituales para vivir el mas grande misterio de la Fe.
“Hay dolor como el dolor de María, preguntémonos cada uno de nosotros que la acompañamos, preguntémosles a las madres que sufren por la muerte de su hijo, San Pablo decía en su carta a los Gálatas, llevo en mi cuerpo las señales de Cristo, que deberías decir tu María al sentir los dolores ante las flagelaciones y muerte de tu Hijo, María es la primera estigmatizada del cristianismo ha llevado los estigmas invisibles clavados en su corazón hermoso, en su corazón de madre, a ti María se te ha pedido que seas capaz de perdonar a los verdugos de tu hijo, cuando oyó a su hijo que decía Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen, hoy también Madre nuestra muchos de nosotros no sabemos lo que hacemos, hay mucha violencia en nuestro país, en nuestra ciudad por lo que quizá no sabemos lo que hacemos, te pedimos tu ayuda amorosa, tu intercesión para saber perdonar a nuestros verdugos, has comprendido lo que el padre celestial quiere de ti, María al pie de la Cruz solo nos ha transmitido su silencio, San Lucas nos dice que calla en el nacimiento de Jesús, San Juan dice que calla ante la muerte de Jesús, la Cruz en ti María se expresa a través del silencio que nos guarda para Dios, que nos hace meditar, que nos hace adentrarnos en lo mas profundo del corazón, donde solamente tu hijo y nosotros sabemos que es lo que hay, el Silencio guarda para Dios el perfume del sacrificio, si tu María has podido ser tentada como Jesús en el Desierto, esto tuvo lugar al pie de la cruz, fue una tentación muy profunda que pudo experimentar María Santísima, del dolor que sintió porque tenia el motivo al ver a su hijo morir lentamente, María sin embargo se mantuvo firme al pie de la cruz, ella creía en las promesas, creía que Jesús era el hijo de Dios, el Mesías. Madre Santísima de la Soledad, Madre del dolor, te acompañamos todos tus hijos en este momento, en tu presencia siempre luminosa y limpia, que nos penetra con tu luz desde la Cruz, Cristo se refleja en tu corazón inmaculado, en tus ojos, en tu ternura, en tu mirada de madre, tu estas cerca de tus hijos como lo estuviste de Jesús tu hijo en la Cruz, también estas ahora cerca de tus hijos ahora de todos aquellos que sufren de persecuciones, de secuestros, muerte, violencia por ello tu presencia materna les ayude a soportar los sufrimientos y a conseguir la victoria de la Cruz; ayúdanos a sobrellevar el dolor de nuestras enfermedades, llénanos de tu amor, llévanos al encuentro de tu hijo a través del dolor, porque a través de el se revela el camino de Dios, tu presencia siempre será un alivio, con lagrimas lo ves retratado en tus pupilas, contemplando a tu hijo doliente, eres madre del dolor, de la soledad, el hijo que hablaba, que consolaba, cómo se rasga el corazón al ver esta escena, como nuestro interior al contemplar a la madre sufriente, ahora María acompaña a su hijo para celebrar la ultima pascua donde su hijo se ofrecería como el cordero inmolado, resucitando al tercer día, ofreciendo a la victima que ella misma había engendrado, que alegría llevar durante nueve meses al salvador del mundo en tu vientre, porque fuiste el primer sagrario, la primera ministra que llevo a Jesús a los enfermos, a los pobres, a los necesitados y a los pecadores, esta junto a Jesús no solo en sentido físico sino también espiritual, aun en medio del dolor o de la muerte”.
Así fue como en un mensaje lleno de amor y claridad expuesto ante la realidad actual del ser humano, del acambarense, se nos muestra que estos días deben ser reflexionados y comprometedores, de tal suerte que podamos vivirlos y adoptarlos.
Concluyeron los oficios con el traslado de la Virgen de la Soledad al interior de la Parroquia de San Francisco para llevarla de regreso a su casa hasta el Sábado Santo cumpliendo así con la Vía Matris, la cual es acompañar a la Madre Dolorosa en el camino que recorrió Jesús en el Calvario de la Cruz.

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